Compartir buenas noticias, es una costumbre que hemos perdido en Honduras. Y si se trata de ver los noticieros, ni hablar! Yo los eliminé de mis mañanas desde hace mucho tiempo. Sin embargo, hoy se me ocurrió encender la tele, y tuve el agrado de ver que la Universidad Agrícola Zamorano se ha convertido en la primera universidad en Centroamérica, en contar con un parque solar de magnitud considerable. Tan grande como para cubrir el 30% de sus necesidades energéticas.
La buena noticia desde mi punto de vista personal, no se trata solamente de reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero, sino de sentar un buen ejemplo Institucional en Honduras y Latinoamérica, para iniciar el cambio en las matrices energéticas en los sectores público y privado, pero sobre todo, iniciar un cambio en nuestra mentalidad. ¡Es necesario que pensemos en verde!
¡Con este paso, Zamorano demuestra que cuando se quiere, se puede! Muchos hablarán de la capacidad de tan prestigiosa universidad para obtener apoyos financieros de otras Instituciones de crédito, de su trayectoria y credibilidad, de su capacidad para ver "puertas abiertas" en donde toquen, pero la verdad de las cosas es que en nuestros países no implementamos tecnología, porque generalmente no tenemos la voluntad necesaria para hacerlo. Perdemos el enfoque registrando y controlando costos de una manera inadecuada, porque no dejamos que los más conocedores en un tema, nos ayuden y digan como hacer mejor las cosas. Y para muestra un botón, en las Instituciones de Gobierno, se gastan millones de dólares por falta de innovación y tecnología. La eterna excusa del "siempre lo hemos hecho así", o la de "es demasiado caro" es la que generalmente escucho en mis reuniones con ministros y mandos intermedios. Lo que es caro, es quedarnos en el letargo que por años nos ha caracterizado, porque nos hemos limitado a pensar en lo inmediato, y no en las futuras generaciones.
Finalmente deseo resaltar el espíritu emprendedor e idealista de los alumnos que pude escuchar. Tener buenas oportunidades en la vida es importante, pero también es necesario complementar esas oportunidades con una actitud positiva y entusiasta. Ver a estos jóvenes me hacer recordar mis años de universidad, cuando se siente tener el mundo en las manos, pero para cambiar las vidas de otros que tanta necesidad tienen de mejorar. Atestiguar la confianza que las catedráticas tienen en sus alumnos, me devuelve la fe en esa relación tan importante que debe existir entre alumnos y maestros. Es a través de este tipo de relaciones que se pueden potenciar y fortalecer los ideales y virtudes de todos los que ponen pie en una aula de clases. Y de ahí, es de donde salen los futuros líderes y empresarios que nuestras sociedades tanto requieren.
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