Después de un fin de semana no tan descansado, debido a los múltiples oficios domésticos, he iniciado una nueva semana, con mucho entusiasmo, cosa que a veces resulta difícil de creer. No se si sean los aires de Noviembre, con olor a navidad adelantada, o simplemente dormí de maravilla, pero la verdad es que la energía que he tenido el día de hoy me sorprende. Creo que el hecho de tener varias actividades pendientes en mi agenda de este día, probó una vez más, la famosa "Teoría de la Relatividad"...el día se me hizo bien cortito, y lo he disfrutado mucho!
Hoy recibí un mensaje de un amigo muy querido, quien me ha escrito desde Estados Unidos. Su caso es el de muchos otros Hondureños que ha tenido que dejar el país en busca de "mejor futuro"...es una pena, pues como él, hay muchos por allá, muy preparados, bilingues, con excelente actitud y visión, que han tenido que dejarlo todo, o al menos lo poco que aquí tienen materialmente hablando, para poder mejorar su calidad de vida y la de los suyos...no me canso de preguntarme como será esa vida en USA. A pesar de que mi sentido común me dice que no debe ser nada fácil la situación de los indocumentados, creo que todo lo que se me pueda pasar por la cabeza, se queda pequeño en relación a las múltiples trabas que la gente afronta...y todo porque en su país no existen iguales oportunidades para todos y todas. Ojalá la cosa cambie algún día. En respuesta al mail de hoy, le he dicho a este amigo querido, que si desea regresar, que no lo piense dos veces, que aquí estamos sus amigos que le queremos mucho, y lo seguiremos apoyando. Realmente no se si ese era el mejor consejo, pero no se me ocurrió algo mejor. Será que amo demasiado a Honduras, y a mi familia...no sé, tal vez mi apetito por éxito o dinero, no es tan grande como el de otra gente...tal vez mi estatus de soltería me impide ver más allá de la necesidad individual que tengo en estos momentos...tal vez estoy convencida que mi país merece mejor suerte y que todavía puedo ayudar en algo para cambiar lo mismo de siempre, especialmente la desesperanza. No sé, y no creo tener la respuesta exacta que explique mi predilección por Honduras, a pesar de haber estudiado en USA y contar con familiares nacionalizados por los gringos. Quizá mi ombligo está más clavado que otros, en esta hermosa tierra que tanto me ha visto reir y llorar. Difícil de explicar este sentimiento, pero me gustaría pensar que no soy la única.
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Muchos saludos.