Hablar de café en Honduras, se ha convertido en una experiencia gratificante, detrás de la cual miles de familias convergen para entregar a compradores nacionales y extranjeros alrededor del mundo, café excepcional, posicionado entre los mejores del mundo. Como país productor ocupamos el tercer lugar en Latinoamérica, después de Brasil y Colombia, lo cual se traduce en casi el 8% de nuestro PIB según cifras actuales de IHCAFE en el mes de Febrero recién pasado (en años anteriores ha representado un poco más del 10% del PIB). Sin embargo, no deseo hacer de estas líneas un escrito técnico especializado en café catracho, ya que ese no es mi fuerte. En contraste deseo referirme al esfuerzo, trabajo, disciplina, inversión, y pasión que requiere este cultivo, todo con el fin de satisfacer los más exigentes paladares.
En los últimos cuatro días he tenido la oportunidad de realizar una corta visita a la finca San Isidro en Copán Ruinas (Café Ixchel), para conocer con más detalle algunos procesos que debe atravesar el aromático para ser comercializado de forma más rentable. Debo resumir que la tarea es titánica, y muchas veces la "mano de Dios" juega un papel fundamental en el resultado final. Pensemos en la calidad del grano que se procesa, el cual depende de una semilla que deberá ser certificada, plantada preferiblemente a una altura superior a los 1,200 msnm, tratada y cuidada de forma correcta, pasar por un espacio de 3 a 4 años para producir, ser cortada correctamente, procesada, secada y seleccionada, todo esto antes de trillarse, tostarse y molerse. Podríamos escribir un buen artículo sobre los pormenores de las cosechas, los obstáculos que deben superar los productores y cortadores para sacar su producto, especialmente en países como Honduras donde las condiciones climáticas son variables, y la infraestructura de mala o media calidad. Y qué decir si hablamos de la preparación de una buena taza de café, en donde juega un rol fundamental la calidad de agua, temperatura, equipo de preparación y la experiencia y habilidad del barista.
Ahora que usted ya sabe un poco más sobre este cuidadoso proceso, no piense mucho en regalarse una taza de buen café. Pocas cosas en la vida, que requieren un esfuerzo tan grande, implican un gasto relativamente pequeño. Así que la próxima vez, diga al igual que yo: otra taza por favor!!
Fotografías de Irina Orellana, Finca San Isidro, Copán Ruinas, Café Ixchel de Katia L. Duke
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