Después de escuchar detenidamente todas las posiciones de los países representados en la 37 Asamblea Extraordinaria de la OEA, en donde se ha suspendido a nuestro país de dicha Organización, no me queda más que expresar mi frustración. Habiendo presenciado en carne propia durante los últimos 3 años y medio, la calidad de gobierno "democrático" del Sr. Zelaya, y en especial, las acciones y decisiones tomadas por él en los últimos días, pienso en este momento y deseo creer no estar equivocada, sobre el tratamiento que estamos recibiendo de parte de la comunidad internacional, el cual considero totalmente injusto. Reitero, que como país merecemos mejor suerte, para bienestar de todos y todas las que amamos esta patria.
¿Qué tan amplio es el concepto de democracia que la OEA dice defender? Que tan coherente y objetiva es la OEA en sus acciones con respecto a los conceptos que proclaman? No lo entiendo, posiblemente por mi escaso conocimiento en el tema. Para ser sincera, nunca había leído la tan mencionada Carta Democrática Interamericana, la cual en su artículo 2, reza lo siguiente:
"El ejercicio efectivo de la democracia representativa es la base del estado de derecho y los regímenes constitucionales de los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos. La democracia representativa se refuerza y profundiza con la participación permanente, ética y responsable de la ciudadanía en un marco de legalidad conforme al respectivo orden constitucional."
En esta noche histórica, me atrevo a lanzar la pregunta: ¿ Es este el concepto de democracia con el cual comulga Fidel Castro, Hugo Chávez, Daniel Ortega, Rafael Correa, Evo Morales y Fernando Lugo? ¿Cuántos países latinoamericanos cuentan realmente con este modelo de democracia participativa y representativa?
Por el momento, la tarea inmediata de la OEA y del nuevo gobierno de Micheletti (o gobierno de facto), será iniciar las negociaciones que lleven a la mejor solución de este conflicto, evitando a toda costa el enfrentamiento entre los diferentes sectores sociales en Honduras, respetando siempre la libre determinación de los pueblos y el deseo de las mayorías hondureñas. Este nuevo gobierno deberá demostrar al mundo entero que el golpe militar del pasado 28 de junio, a pesar de ser un grave error (tal vez un imperdonable error para muchos), no es más grande, ni más grave que las reiteradas desiciones erradas del ex-presidente Zelaya, mediante las cuales atentaba contra nuestra propia democracia participativa y representativa; decisiones tomadas al fin y al cabo, sin el respaldo de la mayoría del pueblo que le dió el voto y el poder, y que ni ahora ni nunca desean su regreso a la presidencia.
¿Qué tan amplio es el concepto de democracia que la OEA dice defender? Que tan coherente y objetiva es la OEA en sus acciones con respecto a los conceptos que proclaman? No lo entiendo, posiblemente por mi escaso conocimiento en el tema. Para ser sincera, nunca había leído la tan mencionada Carta Democrática Interamericana, la cual en su artículo 2, reza lo siguiente:
"El ejercicio efectivo de la democracia representativa es la base del estado de derecho y los regímenes constitucionales de los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos. La democracia representativa se refuerza y profundiza con la participación permanente, ética y responsable de la ciudadanía en un marco de legalidad conforme al respectivo orden constitucional."
En esta noche histórica, me atrevo a lanzar la pregunta: ¿ Es este el concepto de democracia con el cual comulga Fidel Castro, Hugo Chávez, Daniel Ortega, Rafael Correa, Evo Morales y Fernando Lugo? ¿Cuántos países latinoamericanos cuentan realmente con este modelo de democracia participativa y representativa?
Por el momento, la tarea inmediata de la OEA y del nuevo gobierno de Micheletti (o gobierno de facto), será iniciar las negociaciones que lleven a la mejor solución de este conflicto, evitando a toda costa el enfrentamiento entre los diferentes sectores sociales en Honduras, respetando siempre la libre determinación de los pueblos y el deseo de las mayorías hondureñas. Este nuevo gobierno deberá demostrar al mundo entero que el golpe militar del pasado 28 de junio, a pesar de ser un grave error (tal vez un imperdonable error para muchos), no es más grande, ni más grave que las reiteradas desiciones erradas del ex-presidente Zelaya, mediante las cuales atentaba contra nuestra propia democracia participativa y representativa; decisiones tomadas al fin y al cabo, sin el respaldo de la mayoría del pueblo que le dió el voto y el poder, y que ni ahora ni nunca desean su regreso a la presidencia.
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Saludos.