Ha pasado casi un año desde mi último post en este blog.
Es complicado explicar...ya no quiero hacerlo.
La verdad es que "procastinar" se ha convertido en uno de mis malos hábitos.
Antes me molestaba el simple hecho de verme postergando casi todo lo urgente...ahora me doy el tiempo necesario cuando las cosas son importantes y no tan urgentes. Escribir es importante, siempre lo ha sido, y merece la pena esperar si las lineas no salen o falta inspiración. Cada post quedará plasmado en este espacio, incluso después de mi muerte, y por ello, procuro que sea algo que fue escrito con todas las ganas.
Hace año y medio decidí cambiar mi vida! O será que el destino me la cambió? O será que las circunstancias me obligaron a elegir precisamente esto que ahora ocupa mi vida?
Hoy casualmente recibí un mensajito diciendo: "Yo no escogí la vida del café, el café me escogió". He pensado al respecto, y en mi caso ha sido diferente, el destino o las circunstancias no me han traído al presente que estoy viviendo. Yo tomé la decisión en un momento sumamente difícil, de cambiarlo todo. Del mundo de la tecnología, después de 22 años pasé al mundo del café, de ser una ejecutiva con salario asegurado, a emprender, de la ciudad al campo, de tener todo, a supuestamente carecer de mucho de lo que tenía. Debo admitir que al igual que la mayoría de locos emprendedores, el miedo al fracaso y a lo desconocido fue mi temor principal. En el fondo, para ser sincera, era el miedo a hacer el ridículo, porque casi toda mi vida la he vivido muy pendiente de encajar en el buen parecer de otros. Creo que no soy la única pero eso no es un alivio. El alivio es saber que he mejorado al respecto, y ahora me preocupa menos lo que otros piensen. Son los años? Probablemente sí! Creo que se trata más de lo aprendido, de los logros y fracasos, de las alegrías y el llanto, pero sobre todo, de la riqueza que ahora sé que tengo y que nadie me la puede quitar, ni tampoco la puedo perder porque la llevo conmigo! La fuerza que se obtiene después de perder tantas cosas materiales o tangibles, constituye un cimiento importante en los proyectos futuros. La capacidad de asumir riesgos razonables, de saber que las cosas se pueden recuperar, de confiar en que habrá siempre gente que ofrecerá su mano abierta, son sólo algunas de las ventajas de volver a empezar desde cero después de haber perdido mucho.
Siempre me gustaba ganar. Apostar por lo seguro y confiar en mis seguridades para garantizar un buen final era lo mío! Por Dios! Qué vida más absurda y sin sentido!
Ahora me toca levantarme sin saber si podré vender lo suficiente en mi café o no, si terminaré el mes en negro o en rojo, si enfermaré o seguiré en el campo de batalla sin achaque alguno...esto me obliga a ver desde otra perspectiva, pero sobre todo a vivir más intensamente. Y no estoy hablando de ser irresponsable. No pienso en cruzar mis brazos y relajarme sin hacer el esfuerzo suficiente, o en trabajar poco para cosechar mucho. Al contrario! Estoy comprometida con lo que elegí! Trabajo en función de mis objetivos, de mis sueños, que lamentablemente no puedo postergar porque he aprendido a quererme más y mejor. Pero sobre todo, porque en mis sueños también he considerado ayudar a otros! He aprendido que el tiempo es limitado. Es hoy! Mañana no existe para cambiar mi presente! Es hoy cuando debo tomar las acciones necesarias! Porque de lo contrario, seré resultado de la casualidad, de lo promedio, o de lo que crudamente llamo mediocre.
En este proceso, de camino a lograr lo soñado, debo considerar que posiblemente tendré que cambiar lo inicialmente emprendido, despojarme de ello si me causara una carga o un peso molesto y dañino, y por duro que resulte el sólo pensarlo, habrá que empezar nuevamente. Este es el rol del protagonista del destino. Soy yo quien debe tomar las decisiones, porque nadie más podrá recorrer mi camino ni escribir mi historia. Nunca debo estar cerrada al cambio, al fracaso, al sufrimiento, porque se aprende tanto y se crece mucho! Son fuentes de riqueza especiales, porque en poco tiempo enseñan muchísimo.
Ser protagonista del destino es una obligación. Estar consciente de ello, transformó mi vida rutinaria en una vida con sentido, por la cual merece apostar todo lo que tengo!
Fotografías de Irina Orellana, Lago de Yojoa, Finca San Isidro en Copán Ruinas, Honduras.
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