"Cuando un amigo se va
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río." (Alberto Cortez)
Hoy hago este pequeño alto en mi camino para hacer memoria de la vida de mi querida amiga Ivonne Alemán, quien se nos adelantó hace muchos años ya...tantos que no los recuerdo, o prefiero no hacerlo. A estas alturas de mi vida, me basta saberme contenta y poder recordarle con el mismo cariño, con paz y una alegría inexplicable. Me tomó un poco más de dos años recuperarme del luto que me embargó con su inesperada muerte. Con apenas 24 años, Ivonne murió dejando a un pequeño hijo, a su madre y abuela, y a un selecto grupo de amigas en donde tuve el privilegio de figurar. Su muerte, inesperada, llegó como resultado de un descuido médico debido a un mal diagnóstico.
La vida de Ivonne puede resumirse en amor y alegría para los que tuvimos la oportunidad de conocerla. Era de esas personas, que te cargaba de optimismo, aunque se estuviera cayendo el mundo. Su espíritu de lucha y su esperanza en tiempos mejores, eran envidiables. Pocas veces le vi enojada, seria o realmente preocupada. Había sufrido y superado tantos problemas a pesar de sus corta edad, que su capacidad de resiliencia estaba probada. Apoyo incondicional para su madre e hijo, se fue abriendo camino en un mercado laboral altamente competido en esos tiempos. Eramos jóvenes y las ocasiones de fiesta no podían faltar. ¿Quién no es "parrendero" en sus veintes? Ivonne sabía ponerle el toque jocoso a cada reunión, y por supuesto, nos alegraba las veladas. Todo lo que vivimos jamás podría comprarlo. ¡Su vida fue un verdadero regalo para muchos!
Quienes se adelantan, dejan un vacío grande. Son insustituibles! Nadie podrá igualarles!
Los que nos quedamos, somos mejores personas por ellos, somos diferentes gracias a sus acciones en nuestras vidas! No lloremos mucho! Ellos ya ocupan el sitial que merecen!
Dicen que "quien tiene un amigo, tiene un tesoro", y quien tiene varios, puede considerarse realmente una persona bendecida, pues la riqueza que traen a nuestras vidas es mucho más grande. Nada de lo que los amigos hacen por nosotros podrá comprarse con dinero.¡Los momentos compartidos son invaluables!
Hoy hago este pequeño alto en mi camino para hacer memoria de la vida de mi querida amiga Ivonne Alemán, quien se nos adelantó hace muchos años ya...tantos que no los recuerdo, o prefiero no hacerlo. A estas alturas de mi vida, me basta saberme contenta y poder recordarle con el mismo cariño, con paz y una alegría inexplicable. Me tomó un poco más de dos años recuperarme del luto que me embargó con su inesperada muerte. Con apenas 24 años, Ivonne murió dejando a un pequeño hijo, a su madre y abuela, y a un selecto grupo de amigas en donde tuve el privilegio de figurar. Su muerte, inesperada, llegó como resultado de un descuido médico debido a un mal diagnóstico.
La vida de Ivonne puede resumirse en amor y alegría para los que tuvimos la oportunidad de conocerla. Era de esas personas, que te cargaba de optimismo, aunque se estuviera cayendo el mundo. Su espíritu de lucha y su esperanza en tiempos mejores, eran envidiables. Pocas veces le vi enojada, seria o realmente preocupada. Había sufrido y superado tantos problemas a pesar de sus corta edad, que su capacidad de resiliencia estaba probada. Apoyo incondicional para su madre e hijo, se fue abriendo camino en un mercado laboral altamente competido en esos tiempos. Eramos jóvenes y las ocasiones de fiesta no podían faltar. ¿Quién no es "parrendero" en sus veintes? Ivonne sabía ponerle el toque jocoso a cada reunión, y por supuesto, nos alegraba las veladas. Todo lo que vivimos jamás podría comprarlo. ¡Su vida fue un verdadero regalo para muchos!
Quienes se adelantan, dejan un vacío grande. Son insustituibles! Nadie podrá igualarles!
Los que nos quedamos, somos mejores personas por ellos, somos diferentes gracias a sus acciones en nuestras vidas! No lloremos mucho! Ellos ya ocupan el sitial que merecen!
Comentarios