No te culpo si después de leerme, me borras de tu lista de amigos, o aún peor, me declaras una persona "no grata". Me imagino que te extraña un poco ver este post en un blog que rinde homenaje a la vida, porque tal y como lo sigo sosteniendo: "La vida es bella". Por eso mismo trato de defenderla, desde su concepción hasta su ocaso natural, sin importar de quién o quiénes se trate, porque todos merecemos vivir y ser respetados como hijos de Dios. Al menos esto es lo que yo creo, porque soy una persona de fe. Aclaro que ser una persona de fe, o como en mi caso, ser una católica practicante, no necesariamente es sinónimo de odio y rechazo a quienes no comparten mis creencias. Afortunadamente, he podido construir muy buenos lazos de amistad con personas de otras religiones u opiniones, o con otros que simplemente no se consideran "religiosos".
No puedo dejar de escribir sobre la masacre ocurrida ayer en la Discoteca "Pulse" de la ciudad de Orlando, Estados Unidos, etiquetada por la mayoría como un "Antro gay" o despectivamente como un "Antro de putos", como he leído en varias ocasiones en apenas unas horas después de la masacre. En medio del dolor de muchos, los comentarios de odio y desprecio por las personas que no son heterosexuales, siguen saliendo de la boca de muchos (tanto en Español como en Inglés). Y es entonces cuando hago una pausa y reflexiono:¿a dónde iremos a parar, con tan poca capacidad de respeto, tolerancia, comunicación, escucha y convivencia? En resumen, con tan pobre capacidad de amar.
Vivimos en un mundo en donde diariamente nos desacreditamos. Los hombres contra las mujeres y viceversa, los heterosexuales contra los LGTB, la policía contra los ciudadanos, los estudiantes contra las autoridades, los musulmanes radicales contra los cristianos, los anglos contra los afroamericanos y los latinos, los de derecha contra los de izquierda, los católicos contra los protestantes, y así podría seguir enumerando muchos más grupos en constante fricción. Hemos perdido la capacidad de vernos como hermanos, de reconocernos ciudadanos de una sociedad que siempre será pluralista, aunque no nos guste (no importa el país donde vivamos).
Perdón si te ofendo, pero debemos hacer algo para detener la matanza de más cristianos en Siria e Irak. No puede ser que seamos indiferentes a la matanza de 50 personas, en su mayoría jóvenes y latinos, por el simple hecho de amarse entre iguales (aunque no lo comparto, simplemente es una realidad que debo respetar). La foto que encabeza estas líneas muestra a Juan Ramón Guerrero con su pareja Christopher Leinonen, ambos asesinados en "Pulse" por una persona que nunca comprendió que somos diferentes y que no podemos por la fuerza, hacer que otros sientan o piensen como queremos. Si por el contrario, la matanza obedece a motivos terroristas en su más amplia expresión, ya que fue reinvindicada por la Agencia de Noticias Amaq (Organo Oficial del Estado Islámico ISIS), no podemos voltear la mirada y permitir que los "radicalismos" sigan existiendo. Independientemente de los motivos del asesino, los muertos serán llorados y extrañados por sus familiares y amigos, y también se rezará por ellos. Cada una de esas vidas merecía respeto.
Hay situaciones que nos indignan, nos disgustan mucho, y por ende nos tocan de forma especial y diferente, hasta hacernos sentir muchas veces nuestros más bajos instintos (odio, deseo de venganza, violencia, resentimiento). Sin embargo, un mundo mejor nunca se construirá con este tipo de pilares. La historia puede confirmarlo. Es mediante actitudes y acciones que nos permitan convivir y conocernos, que podremos vencer las cegueras que los "radicalismos" ocasionan.
Perdón si te ofendo, pero ¿qué haremos diferente de hoy en adelante para garantizar una vida en paz y armonía?
Fotografías tomadas de medios informativos
Comentarios