
La triste realidad es la siguiente:no sólo se nos dicrimina por el género, sino que también por la edad, por la apariencia, y hasta por el estado civil en algunas situaciones. Es increíble y me parece a la vez inaceptable, que en un país tan empobrecido como Honduras y con tanta necesidad de buena mano de obra y talento, se hagan este tipo de marginaciones. Ahora prefiero reír en vez de llorar para no amargarme el día. No se si nuestros colegas varones, tienen tantas desventajas (espero de corazón que no sea así), o en cambio, tienen el terreno mucho más fácil para abrirse campo en igualdad de condiciones. Estoy consciente de que en la mayoría de países, inclusive los más desarrollados, las mujeres no recibimos el mismo tratamiento que los hombres, pero esto no debería ser consuelo alguno.
En Honduras es muy normal ver anuncios de vacantes como los siguientes:
"Se necesita secretaria comercial, con 5 años de experiencia, "buena presentación", responsable, con disponibilidad de tiempo,entre 18 y 25 años"
"Requerimos visitadora médica, excelente presentación, preferiblemente delgada, no mayor de 30 años..."
"Institución cristiana de desarrollo requiere profesional para administración de proyectos, sexo masculino, casado y con hijos..."
Estos solamente son pequeños ejemplos. No he abordado aquí la discriminación racial que todavía existe en muchos lugares, en contra de nuestros compatriotas negros, o por otro lado, la que sufren aquellos u aquellas, que se han declarado abiertamente como homosexuales o lesbianas respectivamente.
Adicionalmente, ahora vemos que en Honduras, para laborar o ejercer como médico, es necesario someterse a los lineamientos de nuestro Colegio Médico, el cual ha quitado la oportunidad de servir y trabajar a los médicos egresados de la Universidad Latinoamericana de Cuba (perdón si el nombre de la universidad no es el correcto). La cosa es que de algún lado deben venir las trabas, siempre y cuando sectores privilegiados se ven amenazados.
Me pregunto como se deben sentir aquellos adultos mayores que todavía tienen mucho que dar, y que en otros países, como por ejemplo, Alemania, Francia, Japón u Holanda, estarían de asesores o consultores.
Espero que estas "tendencias" cambien para mejor, con el fin de garantizar igualdad de oportunidades para todos y todas. Al final de cuentas, ya se comprobó que el mal llamado "sexo débil" no somos nosotras.
Imagen "La Creación de Adán" de Miguel Angel, tomada de www.flatrock.org.nz
Comentarios
Tienes razón, en Honduras existe mucha discriminación para la gente que quiere laborar. Te rechazan por la edad, por género, por estado civil, por orientación religiosa, etc. Se supone que esto de los anuncios no es correcto, pero las organizaciones que se han dado a la tarea de proteger los derechos humanos brillan por su ausencia en cuanto a este tipo de casos.
Aquí no hay sexos débiles, sino voluntades y mentes débiles.
Saludos.