Hoy los planes no salieron como había pensado. Ahora pienso en las sorpresas que Dios nos tiene preparadas, cuando las cosas no resultan tal y como las hemos planificado...me apena admitir que sigo sin poder evitar sentirme algo "frustrada" cuando las cosas "no me salen" como yo quiero. Pero ni modo, debo hacerme de mucha paciencia conmigo misma. Finalmente tuve que salir hacia Cañaveral, mucho después de la hora esperada. A las 8 am, estaba llamando a mi mamá informándole que iba en camino (no sé por qué razón no pude conciliar bien el sueño, lo que me evitó salir a las 6 am). Al llegar a la posta de la entrada/salida de Tegucigalpa hacia la carretera del norte, empezó a caer una brisa fuerte acompañada de neblina. Supuse que el resto del trayecto estaría lluvioso, pero gracias a Dios, antes de llegar a Comayagua, todo había pasado.
Siempre me pongo algo tensa al manejar en carretera, y no es para menos, la alta frecuencia de accidentes y muertes en carretera, son mi mejor excusa y fundamento. La gran ventaja de este viaje es que no había mucho tráfico pesado; la mayoría eran carritos livianos.
El paisaje como siempre, es mi mejor compañía (sin quitar la mirada del camino, no me canso de apreciar el paisaje). No sé por qué me encanta tanto contemplar, admirar y perderme en nuestras montañas...es un regalo que pocos países tienen, y que lamentablemente, nosotros en Honduras los consideramos como algo que simplemente esta allí. Desde Zambrano hasta Taulabé, contamos con muchos paisajes verdaderamente impresionantes...bueno, la verdad es que toda Honduras es bella, y se deja contemplar para que nos la llevemos en nuestra mente y corazón.
Hace muchos años que no miraba el Lago de Yojoa tan lleno de agua...las lluvias que caen en la zona son "mundiales" como dice uno de mis hermanos. El canal que alimenta las turbinas de Canaveral luce más hermoso que nunca; sus aguas son espejo de cuerpo entero para los pinares que se encuentran en ambos costados. Me cuesta creer que con tanta belleza, esta zona del lago no cuente todavía con una actividad turística que pueda ser fuente de empleo real para tanta gente que lo necesita. Siempre le digo a mis amigos que el lago no debe ser sinónimo de "pescado frito". Hay muchas cosas más que se pueden hacer en la zona (como caminatas en la zona de Cerro Azul Meambar y el Parque Ecológico los Naranjos, visitas a las fincas de piña, caña de azúcar y café, paseos en lancha de remos, sesiones de pesca, visita a los balnearios de Río Lindo, incluyendo Pullapanzak, entre otras) pero que las agencias turísticas no explotan...hay mucho por hacer y contar en Honduras, todo es cuestión de creatividad, organización y voluntad. Hay gente que nos visita (gringos y europeos) que no sabe como se hace una tortilla...he aquí una idea para un tour, por trivial y "tonta" que suene. Hay otros que nunca han visto una plantita de café o de piña al natural, sólo lo conocen el lata o en bolsas. Cuando estaba en el colegio, recuerdo que unas gringas nos visitaron, y nunca habían visto un coco, mucho menos, tomado agua de coco, directamente del coco...así que la sensació para todas fue tomarse fotos con un coco en la mano!
Ojalá que la carretera nos la mejoren en este gobierno; el tramo entre Comayagua y Siguatepeque esta deteriorado, ya necesitamos algo mucho mejor. La mayor sorpresa del viaje fue ver el muro que ahora tenemos en Palmerola...los gringos ya no se dejan ver!
Quisiera contar tantas cosas más, pero el cansancio del viaje me gana. Este fin de semana, después de tantos meses, estoy en casa otra vez, con la visita de muchos fantasmas de la niñez, con recuerdos que siempre los llevo conmigo, muy agradecida de haber crecido en este pedacito de tierra.
Siempre me pongo algo tensa al manejar en carretera, y no es para menos, la alta frecuencia de accidentes y muertes en carretera, son mi mejor excusa y fundamento. La gran ventaja de este viaje es que no había mucho tráfico pesado; la mayoría eran carritos livianos.
El paisaje como siempre, es mi mejor compañía (sin quitar la mirada del camino, no me canso de apreciar el paisaje). No sé por qué me encanta tanto contemplar, admirar y perderme en nuestras montañas...es un regalo que pocos países tienen, y que lamentablemente, nosotros en Honduras los consideramos como algo que simplemente esta allí. Desde Zambrano hasta Taulabé, contamos con muchos paisajes verdaderamente impresionantes...bueno, la verdad es que toda Honduras es bella, y se deja contemplar para que nos la llevemos en nuestra mente y corazón.
Hace muchos años que no miraba el Lago de Yojoa tan lleno de agua...las lluvias que caen en la zona son "mundiales" como dice uno de mis hermanos. El canal que alimenta las turbinas de Canaveral luce más hermoso que nunca; sus aguas son espejo de cuerpo entero para los pinares que se encuentran en ambos costados. Me cuesta creer que con tanta belleza, esta zona del lago no cuente todavía con una actividad turística que pueda ser fuente de empleo real para tanta gente que lo necesita. Siempre le digo a mis amigos que el lago no debe ser sinónimo de "pescado frito". Hay muchas cosas más que se pueden hacer en la zona (como caminatas en la zona de Cerro Azul Meambar y el Parque Ecológico los Naranjos, visitas a las fincas de piña, caña de azúcar y café, paseos en lancha de remos, sesiones de pesca, visita a los balnearios de Río Lindo, incluyendo Pullapanzak, entre otras) pero que las agencias turísticas no explotan...hay mucho por hacer y contar en Honduras, todo es cuestión de creatividad, organización y voluntad. Hay gente que nos visita (gringos y europeos) que no sabe como se hace una tortilla...he aquí una idea para un tour, por trivial y "tonta" que suene. Hay otros que nunca han visto una plantita de café o de piña al natural, sólo lo conocen el lata o en bolsas. Cuando estaba en el colegio, recuerdo que unas gringas nos visitaron, y nunca habían visto un coco, mucho menos, tomado agua de coco, directamente del coco...así que la sensació para todas fue tomarse fotos con un coco en la mano!
Ojalá que la carretera nos la mejoren en este gobierno; el tramo entre Comayagua y Siguatepeque esta deteriorado, ya necesitamos algo mucho mejor. La mayor sorpresa del viaje fue ver el muro que ahora tenemos en Palmerola...los gringos ya no se dejan ver!
Quisiera contar tantas cosas más, pero el cansancio del viaje me gana. Este fin de semana, después de tantos meses, estoy en casa otra vez, con la visita de muchos fantasmas de la niñez, con recuerdos que siempre los llevo conmigo, muy agradecida de haber crecido en este pedacito de tierra.
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