
Basta con llegar a Tela para darse cuenta de la tranquilidad y lo sabroso de la vida en la costa. Mi primer parada fue la sucursal del Banco BGA. A las 9 am en punto ya estaba abierta la sucursal y la cola era sorprendentemente larga para lo que yo esperaba. La gente huele, viste, calza y mira diferente en Tela. No pude evitar sentirme bienvenida aunque nadie me hubiera articulado una tan sola palabra. La mayoría de gente negra en la cola, me hace recordar la riqueza cultural garífuna, tan despreciada por muchos, debido a la ignorancia y poca tolerancia que tenemos ante la gente que nos resulta diferente u original, es decir, ante los realmente auténticos. Al salir del banco me fuí directamente a la playa, a perderme en su horizonte, y por supuesto, en busca de nuevas amistades.
Alli conocí al Sr. Millican Moncada empleado de la municipalidad y responsable de la limpieza de la playa. Me habló mucho sobre su experiencia como productor de Rambután (o mejor dicho "lichas"), y como con su arduo y continuo esfuerzo ha logrado colocar su producción en El Salvador. Un rato más tarde, hice amistad con Benjamín Figueroa, un artesano garífuna que ha realizado estudios en turismo y hostelería en Tegucigalpa. Le debo a Benjamín, mis primeras palabras en garífuna:
Numada = Amiga(o)
Gañe=Huevo
Eifi=Frijoles
Daranguilou=Paz
Guibeti=Abundancia
Ivani=Alma
Buiti=Bueno
Sensu=Dinero
Después de media hora en mi clase de garífuna, me mostró las piezas (aritos y anillos) que fabrica usando como materia prima el coco y coroza. Me informó además que los cocos ya no estarán a la mano de muchos garífunas porque valen más de Lps.6.00 cada uno...el amarillamiento letal del coco es la causa de la escasez.
Ese fue mi medio día en Tela...en pocas palabras y bien resumido. Ceiba estaba esperando y con mucha alegría nos hicimos acompañar de un fuerte aguacero...Mayo ya estaba dejándose sentir!

Nuestro amigo garífuna Benjamín Figueroa.

Que felicidad! Como pocas veces, la playa estaba sólo para mí!
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