Admito antes que nada, que no me gusta estar tanto tiempo desligada de mi blog. Sin embargo, las últimas semanas en mi trabajo y gestiones personales, han estado sumamente agitadas...sigo en deuda con las fotografías de nuestra vacación familiar de Semana Santa...espero tener el tiempo necesario para poder compartir algunas.
Con la primavera, Tegucigalpa se viste de nuevos y hermosos colores, a pesar de la cantidad inimaginable de incendios que hemos tenido. Los cerros que nos rodean siguen ardiendo y eso hace que el calor se magnifique y la ciudad permanezca envuelta en un manto de bruma o humo. Afortunadamente los cierres en el aeropuerto no han sido muchos este año. Creo que solo se ha cerrado 1 día. Pero así como vamos, no me extrañará que vuelvan a cerrar. Nuestro aeropuerto tiene una fama reconocida mundialmente de ser uno de los más riesgosos para aterrizar, ya que se encuentra en pleno centro de la ciudad y rodeado por muchas montañas. Esperemos que este mes de Mayo, traiga buenas lluvias y se termine el problema.
Ayer operaron a mi mamá de su catarata secundaria en el ojo izquierdo. La tecnología del láser hace que el procedimiento no parezca complicado y que el tiempo de realización del mismo, sea mínimo. Gracias a Dios, todo resultó muy bien: esta mañana, mi madre comprobó el resultado del láser diciendome que ahora ve más claramente sus canas. Estas visitas al oftalmólogo me han puesto a pensar como nos vamos deteriorando físicamente...los años no pasan en vano y siempre le pasan factura al organismo. Veo que en las mujeres el envejecimiento es más duro, empezando con la menopausia. Pero nunca nunca, me arrepentiré por haber nacido mujer.
Mi abuela quien reside en Estado Unidos está sufriendo mucho con sus problemas de osteoporosis y desgaste de articulaciones en sus rodillas. Nos han informado que pronto no podrá caminar y necesariamente dependerá de una silla de ruedas. Realmente me da mucha tristeza imaginarle en ese estado. A sus 82 años, tiene un espíritu luchador y positivo, sin embargo, su cuerpo esta cediendo con los años. Es en situaciones de este tipo, cuando nos revelamos y deseamos seguirnos valiendo por nosotros mismos...que interesante sensación: nos parece que seguimos con la misma energía y vitalidad, que nada nos dolerá después de ejercitar el cuerpo, que el desvelo no afectará nuestra rutina el día siguiente...como si el cerebro no conociera el término "vejez". De cierta forma, seguimos siendo jóvenes a pesar de los años!
Comentarios
Supongo que para un piloto comercial le resultará más fácil aterrizar en un portaaviones en medio del pacífico que en el aeropuerto Toncontín, así que mis felicitaciones para los que día a día logran esa valiosa hazaña.
Los adultos se resisten al tiempo, por la simple razón de que la vida no termina con la vejez, sino con la muerte. Nosotros somos los que vedamos esas ansias de seguir aportando (viviendo) con un mecanismo al que todos llamamos gentilmente jubilación. Una manera muy práctica de darles de alta de la vida.
Saludos